15 octubre, 2011

Capítulo 68 "Habla Agata"

Esmeralda Roccia estaba muy contenta. Por primera vez en mucho tiempo su madre le había permitido quedarse a dormir en la casa de una de sus mejores compañeras de escuela. La niña estaba radiante cuando la madre de su amiga la pasó a buscar. Iba a ser una divertida noche de pijamas. Esmeralda desconocía completamente el verdadero motivo por el cual Marina le había concedido este permiso.
La casa de la familia Roccia era el lugar donde se iba a celebrar una reunión determinante. Viejas historias iban a ser develadas y el destino de muchas personas iba a cambiar de una vez y para siempre.
La primera sorpresa de la noche fue que Ágata no había llegado sola. El asombro de todos quedó plasmado en cada uno de sus rostros. Claus Finke ingresó al lugar llevando del brazo a la honorable dama. Nadie podía dar crédito de lo que estaban presenciando.
Ágata fue la que se encargó de contar una vieja historia que hasta ese momento era absolutamente desconocida para la mayoría de los presentes. El vínculo entre Ágata Roccia y Karl Finke fue finalmente revelado.
-Nunca hubiese sido capaz de destruir una familia tan bella como la tuya. –dijo Ágata mirando con dulzura a Claus.
Todos estaban en silencio y observaban a la anciana con suma atención.
-Después de conocernos en la cubierta del Alexandros III, nuestros caminos se cruzaron unas cuantas veces más. –confesó la anciana avergonzada- No pude negarme a darle la dirección del lugar donde íbamos a residir en Buenos Aires.
Marina y Amatista permanecían calladas y tomadas de la mano. Sabían el esfuerzo que su madre estaba haciendo en ese momento. No sólo por la historia que estaba contando, sino porque iba a hablar por primera vez en su vida de lo especial que era su familia.
-Tu padre era un hombre íntegro, Claus. Nunca quiso engañar a tu madre. Esta fue una mala jugada del destino. Ustedes viajaron a Misiones y no volvimos a vernos hasta que Karl volvió a visitarme unos meses más tarde.
Rubí estaba sentada sobre la alfombra y se aferraba al brazo de Cid mientras Jade y Ben escuchaban absortos la increíble historia que Ágata estaba relatando.
-Ese mismo día decidí contarle toda la verdad con respecto a nuestro origen. Era muy importante para mí que él supiera a lo que se estaba enfrentando. –y bajando el tono de voz agregó- Más tarde vamos a hablar de eso también.
Claus y Ben miraron a Cid sin acabar de comprender lo que la mujer había querido significar con eso de nuestro origen.
-Tu padre era un hombre tan maravilloso que ni siquiera la cruel realidad de mi familia pudo evitar que insistiera con respecto a nuestros sentimientos. –hizo una breve pausa e inspirando profundo continuó- Yo estaba decidida a aceptar su propuesta.
Sin embargo mi hermana mayor me hizo reflexionar. Además existía un pequeño detalle que inclinó la balanza de manera definitiva en nuestra relación. Ese pequeño detalle tenía 5 años y era el niño más hermoso que yo había conocido en mi vida.
Los ojos de Ágata se clavaron en las pupilas azules de Claus. El estremecimiento que el hombre experimentó fue perturbador. Claus habló por primera vez. Sus palabras apenas fueron un suave susurro.
-Él nunca pudo olvidarla, Ágata. Mi madre y yo nos preguntábamos a menudo la razón de sus profundos silencios y la tristeza que lo acompañó hasta el último día de su vida.
Las palabras de Claus calaron hondo en el corazón de Ágata. Sus ojos se llenaron de lágrimas y por un instante apenas pudo controlar la intensa emoción que la estaba embargando.
-A partir de este momento voy a revelarles algo que pone en riesgo no sólo a mi familia. Espero que ambos- dijo Ágata mirando a Claus y a Ben- sepan guardar nuestro secreto de la misma forma en que lo hicieron primero Karl y luego Cid.
Los dos hombres observaron por un breve momento a Cid y luego dedicaron toda su atención a la historia que Ágata iba a contar. Pasaron casi 2 horas desde que la anciana comenzara su relato. La existencia del Clan, la enorme responsabilidad que recaía sobre las espaldas de aquellas damas y por último el desenlace que había tenido el concilio de Valdivia fueron expuestos con implacable claridad por parte de Ágata. Todos permanecían en un silencio casi religioso. Claus y Ben estaban asombrados y al mismo tiempo no podían terminar de asimilar todo lo que habían escuchado.
-Ágata ¿Usted me está diciendo que el Clan de las Piedras tiene la responsabilidad de mantener el equilibrio emocional de los líderes del Mundo? –cuestionó Claus con la sombra de la duda pintada en el rostro.
-Entiendo tu descreimiento, Claus. No es una verdad muy fácil de asimilar. Demasiadas cosas escapan a nuestra comprensión y no por esa razón dejan de ser reales. Además el Clan fue creado a espaldas del conocimiento público. Eso no nos ayuda demasiado. El problema era que en la Edad Media podían llegar a considerarnos brujas o hechiceras y esa creencia podría habernos llevado a la hoguera. De hecho muchas damas perdieron la vida de esa manera.
Ben habló por primera vez. Con voz temblorosa le consultó a Ágata algo que lo estaba preocupando desde el principio.
-Ágata, me gustaría saber el motivo por el cual Rubí debe ser sometida a una situación tan descabellada como la de la concepción forzada.
Cid al escuchar la pregunta de su hermano sintió que el cuerpo se le helaba. Abrazó a Rubí con angustia y le susurró con ternura: “No te preocupes prinzessin, nadie va a lastimarte. Si es necesario voy a matarlos uno por uno.”
Rubí que hasta ese momento se hallaba callada y amenazada, al escuchar las palabras de Cid sintió que una energía nueva y salvaje se apoderaba de ella.
-La Naturaleza se está rebelando. Los hombres están cometiendo demasiados horrores y el mundo ya no tiene resto. Nuestro Clan se ha visto debilitado por las continuas deserciones que se han venido produciendo en los últimos años. Muchas damas han abandonado nuestra misión y la energía que las Jefas de familia podemos generar día tras día ya no alcanza para reestablecer el equilibrio necesario. Según nuestro Libro Sagrado en situaciones límites como la que estamos atravesando, el engendrar damas de origen puro, va a generar una energía positiva y poderosa.
-¡Pero eso no es justo! -exclamó Claus con indignación.
-Esto no tiene nada que ver con la justicia. Las cosas son así y muchas veces las personas deben hacerse cargo de la responsabilidad que les ha tocado en suerte.
-Entonces ¿Usted aprueba la vileza que van a cometer con Rubí? –Claus no podía contener la ira que lo embargaba.
-Yo no dije eso, Claus. –reveló la anciana con astucia- Desde que llegué de Valdivia no hago otra cosa que tratar de hallar la mejor salida para todo esto.
El silencio volvió a reinar en el lugar. Ben no podía dejar de mirar a Amatista. Hacía poco menos de una hora que se había enterado que estaba embarazada y que además distaba mucho de ser una mujer común. Cid y Rubí permanecían juntos y apenas habían intercambiado palabra alguna. Marina que estaba junto a Jade, tenía la mirada perdida y no se atrevía a mirar a su madre. Temía que sus ojos reflejaran la profunda angustia que la atormentaba. Claus volvió a hablar.
-Ágata ¿No cree acaso que esto es un designio del destino? Mi padre y usted no pudieron estar juntos, quizás mi hijo y su nieta merezcan amarse con la libertad que la vida les robó a ustedes dos.
La anciana no supo que responder. Sin embargo una profunda certeza se fue haciendo carne en su interior. Apelaría a cualquier cosa para evitar que su nieta se viera obligada a cometer el mismo error que había arruinado su vida tantos años atrás…

Se había despertado mucho antes de que amaneciera. Esa noche no pudo conciliar el sueño y los pocos momentos de somnolencia durante los cuales intentó dormitar, distintas pesadillas la despertaban y su estado de agitación era tal que la dejaba temblando durante un largo rato. Cuando las primeras luces del amanecer comenzaron a filtrarse por la ventana decidió que ya era hora de levantarse. Se movía con dificultad y tenía el cuerpo sudoroso. Luego de ducharse, eligió un fresco vestido de primavera y mientras hervía algo de agua para el té decidió salir al pequeño porche de su casa.
Se sentó en su vieja y querida reposera y se quedó mirando el mar. Su hogar se hallaba a unos 100m del camino que se unía con la carretera que conectaba con el centro de Pineda de Mar. Desde su lugar de observación, el jardín de su casa se extendía hasta una antigua verja, luego el camino y más allá comenzaba la pequeña playa que terminaba en el inmenso mar. La marea baja permitía que los pájaros se acercaran a la arena mojada y se atrevieran a curiosear en busca de comida.
El intenso azul del amanecer se confundía con el color del mar. Respiró hondo y permaneció inmóvil tratando de captar cada detalle de aquella maravillosa postal. De pronto sus ojos se detuvieron en la casilla del correo. Seguramente Ezequiel el hijo de su antiguo cartero había dejado la correspondencia la tarde anterior. En cuanto tuvo la carta en las manos supo que algo malo estaba sucediendo. Volvió a sentarse en la reposera y con manifiesto nerviosismo abrió el sobre.

Querida hermana:
El motivo de esta carta es para contarte que las cosas están tomando un giro inesperado.
El concilio en Valdivia no resultó como esperábamos. Si bien muchas decisiones que se han tomado han otorgado importantes beneficios para la vida de las damas, una determinación de Zafiro Pedra ha puesto a nuestra familia en una situación dramática.
Por primera vez en mucho tiempo se ha restaurado una práctica que habíamos abandonado un siglo atrás. El ritual de la concepción forzado ha entrado a regir nuevamente. Ambas siempre estuvimos de acuerdo en que ciertos cultos no hacen más que denigrar la dignidad de la mujer. En menos de un mes este ritual va a volver a ponerse en práctica y una de las jóvenes elegidas es nuestra pequeña Rubí.

Súbitamente la anciana interrumpió la lectura de la carta. Las manos le temblaban y el corazón le comenzó a latir con inusitada violencia. Su temperamento apasionado casi la hace destrozar el frágil papel. Tratando de contener su indomable furia, comenzó a alisar la carta que para ese momento se había transformado en un estrujado bollo de papel.

Estoy desesperada querida Turquesa. Por piedra vez en mi vida no sé como reaccionar ante semejante situación. Conozco muy bien cuales son nuestros deberes, pero esto es diferente. Me niego a entregar a mi nieta y exponerla a una experiencia que puede arruinarle la vida para siempre. No puedo soportar la angustia por la que está atravesando toda mi familia.
Te suplico que ores por nosotras y que con tus dones nos protejas de tanta desolación.
A partir de este momento, voy a mantenerte al tanto de todo lo que suceda.
Que Dios te cubra de bendiciones querida mía.
Te quiere,
Ágata.-

Turquesa dejó caer la carta sobre la falda y sus manos crispadas se aferraron a los bordes de la vieja reposera.
Sin ninguna clase de misericordia los recuerdos volvieron a azotar su mente. Sin duda el Clan le había hecho mucho daño, pero esto no lo podía permitir. Nada ni nadie en el mundo le iban a impedir que tomara cartas en el asunto. Esta vez estaba decidida a enfrentarlos.
No le importaba en absoluto el costo que iba a tener semejante decisión…

Los acontecimientos se estaban desarrollando vertiginosamente. Las últimas horas se habían convertido en una verdadera pesadilla de llamadas y contra llamadas. Mensajes que iban y venían, con órdenes que no lograba comprender. La situación era caótica y no sabía a que se debía tanta locura. Lo que tenía muy en claro era que algo extraño estaba sucediendo. De otra manera nunca le hubieran sugerido que viajara de manera tan intempestiva. Fue muy dificultoso encontrar pasaje, de todas formas había logrado cumplir el objetivo. Gracias a los numerosos contactos que tenían, pudo obtener un asiento en el último vuelo charter que salía de la ciudad. La ubicación era horrible. Odiaba viajar del lado del pasillo pero teniendo en cuenta las circunstancias, habría viajado colgando del ala del avión. Era necesario llegar en tiempo y forma.
Sin embargo le hubiera gustado que le adelantaran algo más. Detestaba la típica sensación de incertidumbre producto de la falta de información.
Masticó con desgano algo de pollo que le ofreció el catering de la compañía aérea y se bebió íntegra una botella de agua sin gas. Maldijo en voz baja las turbulencias que le provocaban espantosas náuseas y después de pensarlo un par de veces decidió que ya era tiempo de ingerir una aspirina. La cabeza le iba a estallar. Lentamente fue cerrando los ojos y comenzó a experimentar una placentera somnolencia. A pesar de todo algo se agitaba en su interior.
¿Qué sería lo que estaba esperando al final de aquel inesperado viaje?



Viaje inesperado
















2 comentarios:

MIMOSA dijo...

Guau! Una familia unida jamás será vencida!!! Ya no sólo lo están ellas, ahora, ellos también se han visto implicados, ¡y de qué manera!
Es como la película de 7 hermanos para 7 hermanas, ¡me cáchis! Tienen que ser unas mujeres con un tremendo poder seductor, pues han absorbido a todas las generaciones de los Finke.
Está claro, clarísimamente claro que el papel de Turquesa va a ser crucial!

Ya sólo me quedan 22!!! Ja,ja,ja.

BESOS!!!!!

Bee Borjas dijo...

Naaaaaaaa!!! Ahora me doy cuenta todo lo que extraño tus comentarios!!! Sos una diosaaaa!!!
Me mato de la risa, porque compruebo con beneplácito que decís todo lo que pasa por tu cabeza y tu corazón.
Te quieroooooooooooo!!!
Besotazos, linda mujer! :D