29 agosto, 2011

Capítulo 34

Eran casi las 9 de la noche y Topacio se disponía a cerrar el negocio. Ya casi no quedaban turistas por los alrededores y el resto de los locales ya habían cerrado sus puertas. El timbre del teléfono la sorprendió mientras acomodaba las últimas cajas de dulces artesanales.
-Hola hermanita.
El tono irónico de su hermana la sorprendió con la guardia baja.
-¿Dónde estás Ámbar? –gritó Topacio con rencor.
-Parece que estás nerviosa querida.
Haciendo caso omiso a la manera descarada con la que la trataba su hermana, Topacio insistió.
-Te pregunté algo Ámbar.
-¿Acaso la abuela no te leyó la nota que tan amablemente les dejé en la cocina?
-Te estás metiendo en graves problemas. –le advirtió la joven con seriedad.
La risa sarcástica de Ámbar retumbó odiosa en el oído de su hermana.
-Topacio no me hagas perder más tiempo. Sólo llamaba para que se quedaran tranquilas. Estoy sana y salva.
-Ópalo está muy enojada. Esta vez te pasaste de la raya.
-Uyyyyy ¡qué miedo!
-Ámbar…
-Ya me aburriste. Mejor me voy a buscar una linda posada para descansar. Bye.
Antes de que Topacio pudiera contestar Ámbar había cortado la comunicación. En ese momento Ópalo ingresó al local.
La cara de la chica estaba desencajada. Su abuela preocupada se acercó hasta ella y la interrogó con la mirada.
-Ámbar acaba de llamar. –dijo susurrando.
El gesto de Ópalo se endureció. Una ira fría y profunda se apoderó por completo de su espíritu.
-No quiero saber nada de ella. Estoy muy decepcionada.
-Abuela…
-Tu corazón es demasiado generoso. Siempre imploré a Dios para que ambas fueran personas dignas y responsables. No es el caso de tu hermana. Quiero que sepas que estoy muy orgullosa de la mujer en que te has convertido.
La chica abrazó a su abuela con emoción. Siempre se había sentido inferior a su hermana, sin embargo las palabras de Ópalo gratificaron su alma.
Quizás ya era hora de que las máscaras comenzaran a caer y que la verdad se hiciera evidente para todos.



Las tres mujeres estaban reunidas en el living de la casa. Hacía un rato largo que habían finalizado la cena y en estos momentos saboreaban un exquisito café que había servido Amatista.
La televisión estaba encendida pero ninguna de ellas le prestaba atención, con excepción de Esmeralda que miraba hipnotizada una de sus series favoritas.
La niña estaba tan concentrada que las mujeres decidieron hablar sin ninguna clase de recaudos.
El problema que ocupaba toda su atención era Rubí. Ninguna de ellas había logrado progresar con respecto a ese tema y todas temían que si dejaban que las cosas siguieran el rumbo que habían tomado las consecuencias serían aún más graves.
Ágata fue la primera en hablar.
-¿Rubí y Jade están en su cuarto?
-Si. Subieron después de cenar. –respondió Marina con gravedad.
-Sinceramente imaginé que Jade iba a tratar de hacerla entrar en razones.
-Pero mamá –intercedió Amatista- Jade es su hermana. Además apenas tiene un par de años más que Rubí. Supongo que en muchas cosas, ella se ve reflejada en su hermana.
-Me gustaría saber tu opinión Ami. –dijo Marina mientras bebía un sorbo de café.
La joven mujer bajó la mirada y con dedos nerviosos comenzó a jugar con una servilleta de papel que tenía sobre su regazo.
-Ustedes saben cuanto quiero a las chicas. Es muy difícil para mí ponerme en su contra.
-Ese no es el tema, Ami. En este caso estamos hablando de algo muy grave. La conducta de Rubí puede provocar situaciones muy extremas y dolorosas para todas. Soy su madre y debo pretender lo mejor para su vida.
Amatista miró a su hermana mayor y dijo con voz ahogada:
-¿Alguna vez te pusiste a pensar que quizás “nuestra vida” no sea la mejor opción para Rubí?
Sorprendida ante la pregunta de su hermana, Marina se quedó en silencio sin saber que responder. Ágata tomó la palabra.
-No es necesario recordarte que de “nuestra vida” dependen muchas otras. Si tan sólo fuera un problema personal esto ni siquiera lo estaríamos discutiendo. Pero…
-Pero no todas las personas tienen la fortuna de encontrar al amor de su vida. Es mucho más fácil aceptar nuestro destino cuando el corazón permanece frío y sin esperanzas.
-Es muy triste lo que me estás diciendo Amatista. Nunca imaginé que pensaras así. Es más, con la noticia de tu embarazo pensé que habías elegido seguir la tradición con total felicidad.
A Amatista se le llenaron los ojos de lágrimas. Seguir callando la angustiaba cada día más. Decidió que ese era el momento de hablar.
-No puedo seguir engañándolas. Esta hija que estoy gestando es el producto de un profundo sentimiento de desesperación. Ningún hombre logró conquistar mi corazón, sin embargo estoy segura que mi hija va a compensar esa insoportable sensación de soledad que me persigue desde hace tanto tiempo. En ningún momento engendré al bebé para cumplir con las reglas del Clan. Ya se que es muy egoísta mi decisión. Pero cuando ella crezca no pienso obligarla a seguir ningún mandato familiar.
Ágata y Marina se miraron con incredulidad. Ami siempre había sido una muchacha muy dócil y nunca imaginaron que hubiese forjado un carácter que demostrara semejante determinación.
-Aunque ninguna de las dos se atrevieron a hablarme sobre el tema, conozco el esfuerzo y la dolorosa decisión que tomaron en su momento en pos de la prolongación de nuestro linaje. Sin embargo en mi caso no puedo cumplir con la segunda parte del ritual. Si bien nunca más veré al padre de mi hija, ella no va a estar obligada a cumplir con ninguna clase de tradición. Espero que Dios y ustedes puedan perdonarme.
Las sinceras e inesperadas palabras de Amatista dejaron a su madre y a su hermana sumidas en un profundo silencio.
En el enorme living solamente se oían las voces distorsionadas de la película que estaba mirando Esmeralda por televisión.
La crudeza de la verdad golpeaba sin piedad y dejaba a su paso un verdadero tendal de emociones encontradas.



Esmeralda




1 comentario:

MIMOSA dijo...

¡Sabía que Ami se posicionaría al lado de su sobrina! Me alegra saber que no luchará sola, aunque también se que no le hace falta nadie más que el propio amor que la alimenta para seguir adelante.
Ambar......no comment!
Besos BEE!!