12 agosto, 2011

Capítulo 18

Eran casi las cinco de la tarde cuando Topacio entró en la confitería de su abuela. Ópalo Pierre tenía un local de confituras de chocolate desde hacía 30 años. Con el tiempo el negocio se había convertido en uno de los más reconocidos de San Martín de Los Andes. Las recetas que la mujer heredó de sus antepasados franceses le permitían destacarse con amplitud del resto de la competencia.
Topacio llegó al lugar y de inmediato comenzó a acomodar el mostrador para atender con comodidad a los visitantes. Tenía los ojos enrojecidos y la piel muy blanca, casi transparente. Las discusiones con su hermana la agotaban y le cambiaban el humor. No había tenido otra opción que recurrir a sus talentos para modificar la energía negativa que la embargaba. Apenas había recuperado el dominio para combatir la depresión y el estrés que Ámbar se empeñaba en provocarle.
Su abuela no era ajena al esfuerzo que su nieta hacía para no pelear con su hermana menor. Mirando a la chica con infinito amor, dijo:
-Aprecio con todo mi corazón lo que estás haciendo. Y desearía evitarte cualquier sufrimiento.
Sin dejar de acomodar unas cajas que estaban en el mostrador, la chica respondió con tristeza.
-La única forma de evitar más sufrimiento es permanecer alejada de ella. Necesito irme abuela. No sé que pueda llegar a suceder cuando te ausentes por la reunión del Clan.
Ópalo estaba alterada. El delgado equilibrio se estaba desmoronando velozmente y se sentía impotente ante la resquebrajada situación.
-No digas esas cosas Topacio. No voy a permitir que te vayas de tu propia casa. Ámbar va a tener que cambiar su actitud. De lo contrario me voy a encargar personalmente de enviarla a pasar una larga temporada con las damas del Clan Mayor en Portugal. Creo que algo de disciplina y respeto por el prójimo no le vendría nada mal.
Topacio no daba crédito a las palabras de su abuela. Ámbar se negaría rotundamente a viajar a Lisboa. La desobediencia era una de sus actitudes favoritas. Sin embargo la seriedad con la que habló Ópalo sobrecogió a la joven.
Quizás las cosas por primera vez en mucho tiempo iban a estar de su lado.



Marina y Ágata iban camino al centro de Cariló. Estaban retrasadas más de media hora. El tema era Rubí. Prometió regresar a la hora de la merienda y aún no tenían noticias de ella. Jade las había tranquilizado diciéndoles que la chica después de ir a la biblioteca debía pasar por el club de paddle para retirar una campera que había olvidado la semana pasada.
Eran más de las cinco y media de la tarde cuando la tienda de artesanías abrió sus puertas.
-Mamá ¿ya te comunicaron el lugar de la reunión? preguntó Marina con interés.
-Aún no me llegó la invitación. Supongo que esta semana la estaré recibiendo. Pensé que este año no íbamos a tener novedades para comentar. No puedo negar que tu hermana me ha sorprendido.
Marina sonrió y suspiró con nostalgia.
-Todavía no puedo creer que se vaya a convertir en madre. Además las chicas están creciendo tan rápido…
-Tranquila hija, ellas tienen mucho tiempo por delante. Jade y Esmeralda son muy aplicadas y no dudo que harán lo correcto y en el momento adecuado. Y con respecto a Rubí…
Las dos mujeres se miraron y rieron con ganas.
-Ya lo sé Ágata. Rubí es el típico caso de personalidad solitaria y errante. Una energía independiente e incontenible.
-Así es hija querida. Un verdadero torbellino de libertad.



Casi llegaban al camino que los conducía hasta la casa. Caminaron a la par, rozando sus brazos apenas un par de veces. La corriente eléctrica que emanaban sus cuerpos era notable. Tratando de disimular la turbación que sentían, ninguno de los dos abrió la boca durante un rato largo. Cid fue el primero en detener el paso. Rubí lo miró con embeleso y volvió a ponerse colorada. Se sentía tan tonta que no dejaba de maldecir en silencio.
-Bueno creo que ya es hora de dejarte libre.-La voz de el muchacho sonó contenida.
-¡Qué curiosa esclavitud la mía! Me sentí tan a gusto que mañana espero disfrutar de una nueva dosis.
El comentario espontáneo de la chica provocó en Cid una sonora carcajada.
-¡Qué personaje! –y agregó risueño- ¡Qué mujer especial!
A Rubí el término “mujer” le agradó de tal forma que no pudo reprimir un ligero comentario.
-¡Por fin me tratás como a una mujer! Ese si es un cumplido fantástico.
-¡Pero si recién cumpliste 17 años!
-Ok, pero por ello no dejo de ser una mujer.-se empeñó la chica en discutir.
Cid dejándose llevar por un impulso repentino le tomó ambos y le dijo acercando su cara
a la de ella.
-Shhhhhh., necesito que hagas un poco de silencio.
La joven literalmente dejó de respirar. Le temblaba el cuerpo y no podía ocultarlo. El muchacho la miró con tal intensidad que Rubí sintió que su corazón se derretía y que si no la soltaba en ese momento, ella se iba a arrojar sobre su boca con una desesperación irrefrenable.
Inconcientemente pasaban por su mente el puñado de chicos con los que había estado y nada se comparaba con lo que estaba sintiendo en esa ocasión. La sangre le hervía en las venas y temía perder el control en cualquier momento.
Finalmente Cid con una suavidad extraordinaria la besó en la mejilla y se apartó de ella lentamente.
-¿A qué hora nos encontramos mañana?
-Ya te dije que quiero llevarte a un lugar especial. ¿Te parece en el parador de hoy pero a las 10.30 de la mañana?
La respuesta no se hizo esperar.
-Dalo por hecho.-Cid dio media vuelta y comenzó a caminar hacia donde estaba estacionado su auto.
Rubí no podía dejar de mirarlo. El cuerpo ágil del muchacho la tenía hipnotizada. Antes de encender el motor, sacó la mano por la ventanilla y la saludó con una sonrisa. El tatuaje de la muñeca flameó en el aire.
Esa tarde de otoño, ella comprendió, que el hijo de la princesa Amira le había robado el alma para siempre.



Negocio de Opalo Pierre en San Martín de los Andes

4 comentarios:

Miss Bittersweet dijo...

Si fuera un personaje de tu novela, habría elegido ser Topacio, sólo por la confitería de su abuela jaja. Qué ganas de que llegue ya mañana a las 10.30 :) Un besote.

Bee Borjas dijo...

Yo sabía que te iba a gustar!!! Sabés Miss? Busco imágenes que van materializando mis ideas y de esa forma puedo escribir con mayor naturalidad. Gracias por seguir la historia, amiga! Beso enorme!

la MaLquEridA dijo...

UUUuuuuuuuiiiiiiiiiii! que emoción! Ya empezó el amor.

MIMOSA dijo...

Uno más, sólo uno más por hoy, y no porque esté reenganchada(noooooo,qué va!), sólo porque el 18 es el número de mi cumple, y esas cosas, je,je,je.

¿También hacía Macarons? Mira que me voy "pa llá" ahora mismito!

¿En la mejilla? ¿La besa en la mejilla? NOooooooooooo, dale al replay por favor!!!
Robo la de ella y la mía, si en Argentina hay hombre como ese......hazme sitio amiga!!!!!
Me encanta como describes las situaciones, tienes la capacidad de transmitir cada vivencia (de hecho las estoy haciendo muy mías) y puedo palpar la historia.
La historia se deja llevar por sí misma, nos tienes muy encarriladas.....oooooohhhhhhhhhhhhh, no puedo salirme del camino!!!
Besos, ahora sí, me go! Voy a saludar a otros amigos (si me da tiempo, vuelvo un poquito,sssshhhhhhh)