16 agosto, 2011

Capítulo 22 "Poderes Secretos"

El ritual de la entrega de Energía se cumplía inexorablemente desde el comienzo del sagrado pacto celebrado en los albores de la Edad Media. Al llegar el mediodía cuando las agujas del reloj señalaban las 12 en punto, cada una de las representantes de los diferentes clanes en el mundo debían concentrar todos sus dones y celebrar el rito de la Armonía.
Gracias a las diferentes latitudes en las que estas nobles damas se hallaban, la continuidad de este ejercicio era permanente. De esa forma lograban que el Universo entero conservara el equilibrio el día completo. Cada una de ellas a través de su meditación conseguían proyectar sus dones y por lo tanto influir con singular éxito sobre la conflictiva situación actual.
Esperanza y abnegación, compasión y benevolencia, lealtad y humildad. El mundo ignoraba la enorme influencia que el esfuerzo de estas mujeres tenía en millones de situaciones cotidianas.
Zafiro Pedra siempre repetía: “Nuestro aporte -aunque parezcan gotas en el mar- colabora de manera imprescindible en el equilibrio universal. Las personas comunes no tienen que estar al tanto de esto. Es nuestro compromiso ineludible velar por el bienestar general. Que así sea”.
Sentada en el jardín de su casa, Ágata Roccia observaba fijamente los rayos del sol. Era asombroso ver como sus ojos resistían la intensidad de aquella fuente inigualable de luz. Su espalda estaba erguida y las manos descansaban sobre su regazo.
Hacía más de media hora que se encontraba allí. Su familia sabía que no debían molestarla. Era un momento sagrado.
De pronto algo extraño sucedió. Ágata cerró los ojos e intentó buscar con su mente la vibración que la estaba desconcentrando. Su intentó fracasó. Confundida y preocupada decidió abrir los ojos. Nunca imaginó ver el motivo de su distracción a escasos metros de ella. Su pulso se aceleró y un súbito presentimiento le atenazó el corazón.
Ella estaba parada frente a su abuela con aquellos ojos dorados llenos de vida y de pasión. El cabello lucía más cobrizo que nunca y caía como una hermosa cascada que refulgía al sol.
Rubí estaba en silencio, pero ese silencio era más significativo que miles de palabras dichas en voz alta.
Ágata no se atrevía a hablar y recurriendo a su experiencia esperó con fingida paciencia que su nieta diese el primer paso. Sin embargo la chica no emitió sonido alguno. Se acercó hasta su abuela y la abrazó con una inesperada intensidad.
Permanecieron juntas un largo rato. Finalmente ocultando la cara entre el cabello de la anciana le susurró unas palabras al oído. A la mujer aquellas palabras le sonaron como una terrible sentencia.
“Lo siento tanto, abuela. Ya nada puede impedir el curso de las cosas”.



Callan miraba a su padre y rezaba en silencio para no despertarlo. Claus estaba mucho mejor, pero aún debía permanecer internado. Había descubierto con desesperación que hacía mucho tiempo que no rezaba.
No podía recordar una oración completa y las frases se le mezclaban sin sentido alguno. Su relación con la religión se había visto deteriorada desde la muerte de su madre. Era incapaz de tener fe en algo o en alguien. Se sentía traicionada y abandonada. Pero el incidente con Claus la había vulnerado de tal forma que como último recurso había intentad volver a creer en los milagros.
Benjamín entró en la habitación y se acercó a ella para saludarla. Miró a su padre y viendo que estaba todo en orden invitó a su hermana a tomar algo.
Salieron en silencio y caminaron hasta la cafetería. Se ubicaron frente a una ventana y pidieron dos cafés.
-Cid está viniendo para acá. –dijo Ben con una sonrisa.
La chica suspiró aliviada.
-Me da lástima interrumpirle las vacaciones pero si no le avisábamos nos podía llegar a matar.
-Ni lo dudes. “El Señor” de la familia nos mandaría a la horca.
Ambos hermanos rieron a carcajadas. Por fin habían logrado un poco de distensión. Las últimas horas habían sido demasiado angustiantes para los dos.
-¿Qué le habrá sucedido a papá, Ben? preguntó Callan con incertidumbre.
-No lo sé. Tal vez a partir de ahora deba intentar trabajar menos y cuidarse más. Ya no tiene 30 años.
La chica lo miró dudosa.
-¿Esa caja que encontraron del abuelo tendrá que ver con esto?
El muchacho miró con suspicacia a su hermana.
-No había pensado en eso. ¿Tal vez descubrió algo que no debía saber?
Callan miró fijamente a su hermano y afirmó con decisión.
-Claus va a tener que aclarar varias cosas cuando despierte.



Ámbar vagaba por la ciudad. Les había prometido a su abuela y a su hermana ir a ayudarlas al local pero realmente carecía de voluntad para estar allí encerrada. Lo último que deseaba era encontrarse con su hermana y tener que soportarla toda la tarde.
Una de sus diversiones más habituales era mirarse en las vidrieras por donde pasaba. Estaba muy satisfecha con su aspecto y le fascinaba derrochar sensualidad. Le encantaba ir de compras y tener un vestuario a la moda. Jamás salía sin maquillarse y siempre estaba con un aspecto impecable. No soportaba a las muchachas que no se arreglaban y parecían despreocupadas por su imagen.
Tal vez por ese motivo le costaba relacionarse con otras chicas. Ninguna estaba a su altura. Siempre terminaba dejándolas de lado. Eran demasiado simples para ella.
Hacía bastante tiempo que trataba de elaborar un plan que la ayudara a enfrentar el terrible conflicto que se iba a desatar entre ella y su familia. De ninguna manera iba a aceptar las leyes impuestas por el Clan. Quería disfrutar de la vida asumiendo sus propios riesgos. Sabía que el enfrentamiento iba a ser feroz, pero para ser sincera poco y nada le importaba.
Iba a vivir su vida tal y como ella pretendía. Recurriría a cualquier arma para impedir que la obligaran a convertirse en un cordero de sacrificio.
El juego había comenzado y nada iba a impedir que ella jugara sus cartas.



Nota de la Autora:
Cid:  Voz árabe que siginifca "El Señor"




3 comentarios:

MORGANA dijo...

No comento pero te leo,Bee,cuando la publiques en papel,me gustaría tener un ejemplar,pagado,claro.
besos.

Bee Borjas dijo...

PODEROSA MORGANA:
Yo sé que siempre estás allí!
Y valgame Dios, mujer! Si tengo la posibilidad de publicar, los amigos soportaran recibir los textos gratis! Faltaba más! ;D
Besos millones, Mor!

MIMOSA dijo...

Me gusta el ritual de la armonía.
Pocos saben lo importante que es la energía que uno lleva para nivelar el universo, pues sí, todos somos pequeñas gotas de agua que forman un mismo mar, porque todos somos uno, nada más.
Y la importancia de la mujer es esencial, su fuerza, de hecho, de la zona del archipiélago de la Tierra del Fuego (entre Argentina y Chile),parten evidencias de organizaciones matriarcales procedentes de nuestros ancestros más lejanos. Muchos pueblos indígenas americanos siguen aún (a pesar de contar con un "jefe") manteniendo este tipo de sociedad, así como una sociedad circular, no piramidal como a la que estamos acostumbrados.
Uyyyy, que se me va la olla, perdón.
¿Qué esconderá la cajita??? ¿Qué será, qué será???
Y lo de Ambar.........sin comentarios.
Besos