30 septiembre, 2011

Capítulo 57 "La decisión de Valdivia"

El receso solicitado por Zafiro acababa de culminar. Las damas iban ingresando al salón en pequeños grupos.
Durante la interrupción de la sesión, muchos acontecimientos se habían precipitado. Marina Roccia estaba en estado de shock y se negaba a retornar a la reunión. Ágata y Alina trataban de convencerla, pero ella se rehusaba a regresar bajo cualquier circunstancia. Estaba desesperada. Consideraba una crueldad lo que intentaban hacer con su hija. Y no había ahorrado insultos y amenazas si se atrevían a tocar a Rubí.
En un momento los ánimos estaban tan alterados que se enfrentó a Zafiro Pedra advirtiéndole que era capaz de denunciarla públicamente por obligar a mantener relaciones sexuales a una
niña que para la ley argentina aún era menor de edad.
A pesar de estar reunidas en el escritorio de Zafiro, los gritos de Marina se podían escuchar en toda la finca. Alina tratando de calmarla tuvo que obligarla a tomar un sedante que fue haciendo efecto muy lentamente.
Ópalo Pierre por el contrario después de evaluar su situación actual, llegó a la conclusión de que la elección de Ámbar como una de las candidatas para el ritual de la concepción, le permitiría matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, el problema que le provocaba la conducta errática de Ámbar estaba prácticamente solucionado. Ya no era necesario enviarla a Italia con la familia Pietra. El Clan se iba a encargar de que sus pasos se encaminaran de una vez por todas.
Al mismo tiempo su posición se veía notablemente mejorada ya que ella era la abuela de una de las elegidas. Eso le iba a permitir posicionarse de una manera muy importante en el contexto del Clan.
Ágata continuaba encerrada en un silencio total. Su mente elaboraba miles de conjeturas pero ninguna lograba convencerla.
Estaba muy preocupada. Marina estaba fuera de control y el destino de Rubí estaba prácticamente sellado. A pesar de toda su experiencia, la idea de obligar a la niña a tener una experiencia tan perturbadora, le provocaba un rechazo que jamás había experimentado en su vida.
Marina se excusó de participar de las primeras votaciones y anunció que sólo ingresaría al salón para emitir su voto cuando se estuviese decidiendo la elección de las autoridades.
La reunión se desarrolló en un clima de máxima tensión. Varios temas de suma importancia se fueron decidiendo con el consenso general de todas las damas. El tiempo pasaba y el momento más esperado se iba acercando.
Finalmente Zafiro dio por concluida la votación de los temas que habían sido expuestos. Una vez resuelto este punto sólo quedaba una votación por realizar.
La voz de la dama portuguesa se hizo escuchar con claridad. Sus manos estaban cruzadas sobre la mesa y el anillo que lucía en el dedo anular brillaba a la luz del sol que entraba por los ventanales del salón.
-Estimadas Señoras, llegó el momento de la votación final. Ahora debemos elegir a la Dama que asumirá el cargo de Jefa Suprema del Clan por un período no superior a los dos años.
Todas las mujeres estaban en silencio. De pronto la puerta se abrió e hizo su ingreso Marina Roccia. El rostro de Marina estaba desencajado y los ojos brillosos miraban en dirección a su madre. Se sentó junto a ella y esperó en silencio. Zafiro volvió a tomar la palabra.
-Diamante Stein será la encargada de mencionar a las postulantes para el cargo de la Jefatura.
La dama alemana avanzó hacia el lugar donde estaba Zafiro y se colocó a su diestra. Con voz firme anunció:
-Las dos postulantes para el cargo de la Jefatura son: Por la elección, Rosa Pietra. Por la reelección, Zafiro Pedra.
El clima dentro del salón era tan tenso que ninguna de las participantes acertaba a hacer el menor comentario o el mínimo movimiento. El nerviosismo iba ganando las mentes de las mujeres y ya no quedaba más tiempo que perder. Cada una de las damas colocó el voto dentro de la antigua copa de cristal y esperó que Diamante Stein anunciara el resultado. Después de hacer el recuento de votos, Diamante advirtió que se había establecido un empate técnico. Tanto Zafiro Pedra como Rosa Pietra contaban con la misma cantidad de votos. Al anunciarlo, no pudo evitar un leve temblor en la voz.
-Señoras, debo comunicarles que ambas candidatas están empatadas. Recurriendo a la normativa del Clan, la decisión final queda en manos de la dama más antigua del Clan.
Un murmullo generalizado resonó en el ambiente. Y los ojos de casi 20 mujeres se detuvieron en un sólo rostro. Ese rostro era del de Ágata Roccia. En sus manos estaba la elección de la Jefa Suprema del Clan.
Diamante Stein miró a Ágata y dijo:
-Ágata, tu voto es el que decide.
La imponente figura de Ágata se fue incorporando lentamente. Sin dejar de sostener la mano de Marina que estaba sentada a su lado, dijo con voz firme.
-Mi voto es para… Zafiro Pedra.
La sorpresa fue generalizada. Después de lo que había acontecido durante aquella terrible jornada, ninguna de las damas pensaba que Ágata iba a votar a favor de Zafiro. El rostro de Rosa Pietra que ya se consideraba triunfadora, se fue desfigurando hasta quedar reducido a una mueca de frustración y cólera mal disimulada.
Zafiro desde su sillón principal miró a Ágata a los ojos y le dijo con voz emocionada:
-Gracias Ágata.
La anciana le devolvió la mirada y respondió con serenidad:
-Yo se muy bien lo que significa lealtad, Zafiro.
Zafiro acusando el golpe, le respondió tratando de mantener la compostura.
-Y yo conozco perfectamente cual es mi deber, Ágata.
Diamante Stein hizo una pausa para recomponer la voz y anunció con solemnidad
-Por votación dividida, Zafiro Pedra permanecerá al frente de la Jefatura del Clan por los próximos 2 años.
¡Oh, Sagrada Piedra protege a nuestra dama y guíala hacia las profundidades del conocimiento divino!
Las voces de las mujeres respondieron al unísono y con fervor:
-¡Así sea!



Amatista descansaba en el jardín de la casa. Faltaba una hora para el mediodía y aún podía disfrutar de los rayos del sol.
Esa mañana se había levantado un poco menos mareada, sin embargo el episodio con Ben Finke aún rondaba su mente y por más que lo intentaba no podía quitárselo de la cabeza. Estaba asustada y desconcertada a la vez. De no haber ningún inconveniente, ese día Ben iba a volver allí para cenar y ella no imaginaba como iba a hacer para resistir la presencia tan cercana del muchacho. Todo esto era ridículo. Nunca hubiera imaginado que algo así le podía llegar a suceder.
Jade cruzó corriendo por el jardín: Iba descalza por el pasto y llevaba el teléfono inalámbrico en una de sus manos. Estaba agitada y apenas podía hablar.
-¡Tía! Mamá quiere hablarte. –dijo con el poco aliento que le quedaba.
-Gracias, Jade.
Jade le entregó el aparato y le avisó en voz baja:
-Voy a buscar a Esmeralda a la escuela. Volvemos en un rato.
-Tengan cuidado. Las espero con el almuerzo listo.
Jade se calzó las zapatillas que tenía en el porche y apuró el paso. Su hermana menor estaba por salir del colegio en cualquier momento.
-¡Hola Marina! –exclamó Amatista con alegría.
Amatista esperaba escuchar la voz sonora de su hermana, en cambio la mujer que le habló desde el otro lado de la línea le pareció una completa desconocida. El tono fue tan perturbador que se quedó momentáneamente muda.
-Amatista, ¿las chicas están bien? –preguntó Marina sombría.
-Están todas muy bien. Quedate tranquila…
-Voy a pedirte algo muy especial. Estamos regresando mañana por la mañana. No vayan a buscarnos.
-Pero…
-Por favor escuchame bien. Mamá y yo vamos a tomar un taxi hasta la casa. No se preocupen por nosotras.
-Marina, quiero que me digas lo que está sucediendo. –exigió Amatista crispada por los nervios.
-No puedo adelantarse nada por el teléfono. Algo más. No permitas que Rubí ande sola fuera de la casa.
Amatista sintió que el corazón se le encogía. Algo muy grave estaba sucediendo en Valdivia.
-Rubí está con Cid. Es un buen chico.
Hubo un breve silencio.
-Lo sé. Por eso te pido que les expliques que permanezcan en la casa hasta que nosotras lleguemos.
-Me estás asustando Marina.
Marina sentía que el llanto le ahogaba la garganta. Apenas pudo responderle a su hermana.
-Amatista por favor, cuídense y esperen nuestro retorno. Todo va a estar bien. Ágata les manda muchos besos a todas. Las quiero mucho Nos vemos en casa.
De pronto la comunicación se cortó. Amatista se quedó mirando el teléfono sin saber como reaccionar. El corazón le latía con fuerza y las manos le transpiraban cada vez más. No alcanzaba a imaginar que cosa tan terrible había podido suceder en el concilio como para que su hermana le pidiera que Rubí no salga de la casa.
¿Acaso alguna dama había tenido alguna clase de visión y en ella había podido adivinar el amor que Rubí sentía por Cid?


En Valdivia, las damas iban regresando a sus respectivas habitaciones. Después del almuerzo de cierre de la reunión, cada familia tenía que estar alistada para emprender el regreso a sus respectivos países.
Los comentarios con respecto a los sucesos que habían agitado la ultima sesión del Clan, aún recorrían los pasillos de la enorme finca. Rosa Pietra, furiosa. por su frustrado intento de llegar a la Jefatura del Clan se había encerrado en un completo mutismo. La única que tenía acceso a ella era su hija Alejandrita que no paraba de recibir órdenes de parte de su furibunda madre. La chica tenía la cara angustiada y corría de un lado para el otro tratando de cumplir con todos los requerimientos de su progenitora.
Zafiro Pedra a través de sus asistentes había convocado a Ágata Roccia y a Ópalo Pierre a su escritorio privado. Ambas mujeres se hallaban sentadas frente a la dama portuguesa que revisaba con nerviosismo la documentación que tenia entre las manos. Mientras Ópalo esbozaba una espléndida sonrisa, Ágata era la imagen propia de la desolación. Su porte seguía siendo imponente, pero sus ojos apenas podían ocultar la amargura que la embargaba.
Zafiro miró a las mujeres directo a los ojos y dijo:
-Las convoqué a las dos porque necesito explicarles algunos detalles pendientes.
Las damas permanecieron en silencio.
-Como ya anuncié durante la sesión, a partir del día de la fecha, ambas familias tienen un mes para organizar los pasos a seguir con respecto al ritual de concepción. Hay que coordinar los estudios clínicos de las chicas, los días de fertilidad, y todo lo relacionado con la documentación que se debe presentar para que salgan del país y puedan viajar sin que haya
problema alguno. Como para la ley argentina son menores de edad, ambas deberán viajar acompañadas por algún miembro de la familia y con los permisos correspondientes.
Zafiro hizo una pausa esperando algún comentario de parte de las damas, pero las dos permanecieron calladas.
-Quiero que sepan que no tuve otra opción. Pasé noches y días tratando de encontrar una forma tan eficaz como la que  acabo de elegir para reforzar el poder del Clan, pero no he hallado otro camino.
Ópalo Pierre dijo con algarabía:
-No te disculpes, Zafiro. Para mi familia es un verdadero honor poder colaborar de una manera tan importante con nuestro amado Clan. Esta oportunidad es única y quiero agradecerte de corazón que hayas elegido a mi nieta para cumplir con semejante misión.
Zafiro bajó la mirada y dijo de manera lacónica:
-Lamento decepcionarte Ópalo, pero no fui yo quien eligió a Ámbar. Su fecha de nacimiento fue la razón de la elección.
Ópalo contrariada, insistió con su zalamería.
-De todas formas te vuelvo a agradecer tu distinción.
Zafiro no toleró más y recurriendo a toda su amabilidad le solicitó a Ópalo que la dejar a solas con Ágata Roccia. Ópalo contrariada, se retiró murmurando entre dientes y demostró su enojo cerrando la puerta de un tirón.
-Qué mujer tan especial… -comentó Zafiro molesta.
Ágata miró a Zafiro con seriedad. Al hablar su voz sonó seca y cortante.
-Voy a pelear, Zafiro. Esto no va a quedar así.
-Lamento que me digas eso, Ágata. ¿Acaso no te das cuenta de que no tuve otra opción?
-¿Y tus principios sobre la modernización de las leyes del Clan? ¿Y tu interés por alentar a las nuevas generaciones con nuevas propuestas?
Desesperada, Zafiro se acercó a Ágata y le aferró con fuerza ambas manos.
-Te suplico que comprendas. Nuestro poder está diezmado. Las presiones políticas son cada vez más fuertes y esta es una oportunidad excepcional que no se cuando podrá volver a repetirse.
-¡Está mi nieta de por medio, Zafiro! Solamente es una niña… Nuestro destino ya es demasiado duro. Esto que nos obligas a hacer lo considero casi un ultraje. ¡Esta práctica no se cumple desde hace más de un siglo!
Ágata se levantó con repentina energía y antes de salir de la habitación, dijo con tono apesadumbrado.
-Voy a luchar por mi nieta, Zafiro. Voy a luchar hasta las últimas consecuencias.
Una vez que la anciana desapareció tras la puerta, Zafiro se dejó caer en su butaca y con la mirada perdida, susurró tristemente:
-Cuánto lo siento, Ágata… Cuánto lo siento.




Adiós a Valdivia





3 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

¿Y cómo va ser la concepción si las dos son casi unas niñas? eso no entiendo.



Un abrazo Bee.

MIMOSA dijo...

¡Anda con la Ópalo! ¡Parecía tonta la mujer! Enseguida encontró lugar para sacar tajada!!!!!
Ágata es sin duda una mujer con absoluta sabiduría, y al referir su voto en esta dirección será por algo, no sólo es fidelidad, a pesar del dolor, aboga por mantener la cordura dentro del Clan y eso la honra.

Besotes grandotes!!!!

Bee Borjas dijo...

LA MALQUERIDA:
Ayyy Flor! Disculpa pero se me ha pasado tu pregunta.
Las chicas del Clan son mayores de edad a partir de los 16 años. Rubí y Ambar tienen 17 y ya han desarrollado su fertilidad.
Besos y miles de disculpas!
MIMOSA:
Mimi, vengo leyendo tus comments y me fascino con tus elucubraciones.
Me encanta que te guste la historia. Y en verdad la estoy liando, no? JAJAJA!!!
Besotazos a granel!!!