Capítulo 50 "Rosa y Opalo"

Amatista acababa de dejar a Esmeralda en la escuela y se dirigía al centro de la ciudad con la intención de abrir el local de artesanías que había quedado a su cargo. Grande fue su sorpresa cuando descubrió que sus sobrinas habían abierto el negocio y que ya estaba todo listo para empezar a trabajar. Ingresó al lugar con una enorme sonrisa pintada en los labios.

-¡Son maravillosas! –exclamó y les brindó un cálido abrazo a cada una.

-Era tiempo de que se dieran cuenta… -bromeó Jade con picardía.

Las tres se rieron con ganas. Rubí que había preparado un poco de té, sirvió tres tazas abundantes y las acompañó con una pequeña bandeja con galletas dulces.

-Me alegra que estén aquí. Por ahora no me gusta mucho estar sola. Esas náuseas me tienen a mal traer.

Las chicas se miraron preocupadas. Amatista estaba muy pálida y la mayoría del tiempo no tenía apetito. Para colmo Ágata y Marina se habían ido a la reunión del Clan y no regresarían a casa hasta dentro de tres días.

-¿Ya fuiste a la consulta que tenías con la doctora? –preguntó Rubí.

-Si. Todo marcha muy bien. Este malestar es absolutamente normal en los primeros meses de gestación.

La cara de Jade se contrajo en una mueca de furia.

-Encima tuviste que sufrir el ataque de esa maldita de Ámbar.

-No creo que ella me haya hecho nada, Jade. Fue pura coincidencia.

Rubí saltó de inmediato.

-Yo opino como Jade. Los síntomas que tuviste son los mismos que sufrió Cid cuando Ámbar lo atacó anoche.

Amatista suspiró apenada.

-Esa chica está descontrolada. Lo que hizo con ese muchacho le puede costar una pena muy severa de parte del Clan.

¿Qué vas a hacer al respecto Rubí?

La chica respondió con los ojos en llamas.

-La voy a denunciar. Voy a esperar a que regresen mamá y Ágata y les voy a pedir que me ayuden con la denuncia.

-El castigo va a ser muy duro. Lo que hizo es una de las faltas más graves de disculpar.

-Espero que la castiguen como se merece. –masculló Jade con rabia.

-¿Cid está bien? –quiso saber Amatista.

-Si. En cuanto pude bloquear su poder, él pudo recobrarse enseguida. Aún no comprendo el motivo por el cual no huye de mí para siempre. Desde que me conoció su vida se convirtió en una locura.

-Será que te ama ¿no? –sonrió Jade con humor y agregó- El famoso milagro del Amor.

Rubí se ruborizó y se quedó en silencio. El sólo hecho de pensar en Cid le provocaba oleadas de adoración.

Definitivamente su existencia era un antes y un después de Cid…

El alegato de Rosa Pietra fue por demás contundente. Había criticado con vehemencia la política que había estado practicando Zafiro Pedra y había remarcado el esfuerzo que había tenido que hacer la propia Zafiro para contener la oleada de deserciones que se habían querido producir unos meses atrás en el clan Portugués.

Además enumeró la escasa disciplina que tenían las nuevas generaciones y la poca atención que se le estaba prestando a las constantes demandas de ayuda por parte de los diferentes gobiernos del Mundo.

Zafiro escuchó las palabras de Rosa en absoluto silencio y sólo se dedicó a tomar breves notas en su registro personal.

La próxima oradora era Ópalo Pierre. Ágata y Marina Roccia intercambiaron algunas palabras en voz baja.

-Esto se está tornando muy beligerante, mamá.

-Ya sabíamos que iba a ser así, Marina. Los comentarios que me llegaron me advirtieron de estos ataques a la cúpula del Clan. Hay que estar preparadas para poder contrarrestar esta andanada de injurias.

Zafiro pidió silencio y autorizó a Ópalo para que comenzara su exposición. Ópalo Pierre se puso de pie y recogió algunos de los papeles que tenía en su folio particular. Hizo una breve pausa, bebió un poco de agua y luego de aclararse la voz dijo:

“Mi intención no es criticar el desempeño de cada una de nosotras durante estos dos años que han transcurridos desde nuestro último encuentro. Sólo intento echar un poco de luz sobre algunos acontecimientos que no fueron ajenos a ninguna de nosotras. Sin duda el transcurso del tiempo y la evolución del Mundo nos obligan a encontrar otros modos de concienciar a las nuevas generación de jóvenes damas. Las tentaciones de la vida actual son demasiado poderosas y las niñas se ven seducidas por la vida banal y el inexistente compromiso por el prójimo. Es nuestra absoluta responsabilidad encontrar la forma de devolverles le devoción que nosotras sentíamos por el privilegiado rol que el destino nos ha deparado.

Muchas de nosotras deberíamos practicar un mea culpa y tratar de aportar posibles soluciones para este terrible problema que estamos enfrentando. Les propongo un exhaustivo examen de conciencia y que cada una de nosotras intentemos elaborar una estrategia común que nos ayude a resolver este tema. Es de suma importancia que aprovechemos estos días para aportar la mayor cantidad de opiniones y de opciones que nos permitan encontrar el camino adecuado.

Las familias Felsen y Stein han recibido últimamente muchas presiones de parte del gobierno de su país, como así también las hemos recibido cada una de nosotras. No es necesario recordarles las catástrofes que se abatieron sobre la Humanidad cada vez que nuestro Sagrado Clan se veía diezmado por el abandono de nuestras amadas hermanas. El asesinato del Archiduque Francisco Fernando que dio comienzo a la Gran Guerra o la Segunda Guerra Mundial que enfrentó a las potencias armadas con las potencias del eje. Pienso en aquella masacre y se me hiela la sangre

Y eso sólo para comenzar, queridas damas…”

Alina Gestein miraba a Zafiro y apenas podía contener la furia que le sublevaba el corazón. Ópalo Pierre estaba recurriendo a golpes muy bajos y aún no podía adivinar con seguridad cuantas vilezas más era capaz de utilizar para lograr su objetivo.

La lucha iba a ser feroz y descarnada y las consecuencias absolutamente impredecibles.

La noche había sido terrible. Apenas unas pocas horas de sueño, el resto fue una pesadilla interminable que se prolongó a lo largo de las horas de forma agónica y fatal. Las imágenes volvían a su mente torturándola una y otra vez hasta dejarla exhausta y furiosa.

Todavía se preguntaba como había perdido el control de aquella manera tan infantil Su conducta era imperdonable. Quedar expuesta de un modo tan estúpido… Esto le podía costar muy caro. Si Rubí Roccia hablaba, las consecuencias podían llegar a ser impredecibles. Nunca había perdido la razón de semejante forma. Debería haber atacado a ese hombre desde un lugar más apropiado. Sin embargo ver a Rubí tan feliz la había sacado de quicio. Ella que había viajado desde el sur para divertirse a costa de ese mediocre proyecto de mujer, terminó humillada y con la posibilidad real de ser denunciada ante el Clan. Debía volver de inmediato a casa. Ópalo estaba en la reunión y si su conducta llegaba a oídos de las damas, su abuela iba a pagar las consecuencias.

Se levantó de la cama y buscó el celular que tenía guardado en la mochila. Marcó el número con desesperación.

-Hola. –la voz de Topacio sonó casi agradable.

-Vuelvo a casa. Ópalo ya está en Valdivia ¿no?

Topacio no emitió sonido alguno. La idea de volver a tener a su hermana en la casa le ponía los nervios de puntas.

-¿Me estás escuchando, Topacio? –gritó Ámbar con furia.

-Te escucho perfectamente. Y sí, la abuela ya está en Valdivia. –respondió la chica rechinando los dientes.

-Espero cambiar mi pasaje para poder volver hoy por la tarde.

Topacio no quiso dejar pasar la oportunidad. Algo extraño había sucedido en la costa. De lo contrario su hermana no regresaría tan pronto. Tratando de suavizar la ironía en su voz, dijo:

-¿No te estás divirtiendo como esperabas?

El insulto no tardó en estallar. Topacio sonrió con malicia y cortó la comunicación. Sabía que su hermana le iba a hacer pagar la burla. Pero desde que Ópalo la había autorizado a utilizar sus dones, eso ya no le mportaba en absoluto.





Local de artesanías del clan Roccia