19 septiembre, 2011

Capítulo 49 "La reunión de Valdivia"

La voz de Zafiro Pedra se escuchó poderosa y solemne. Sus manos se elevaron hacia el cielo, y los rayos del sol iluminaron con intensidad el anillo que portaba en el dedo anular, y donde refulgía con esplendor un enorme zafiro azul.

“Oh Sagrada Piedra, Joya de la Naturaleza.
Madre sublime de nuestra iluminación y conciencia,
ayúdanos a encontrar el conocimiento superior,
alivie nuestro dolor y nos guíe con su sabiduría
a las profundidades de nuestro infinito equilibrio.”

Cada una de las jefas de familia se fue acercando a una pequeña columna de mármol color marfil donde reposaba una caja de madera antigua que estaba dividida en varios compartimientos desiguales. Las mujeres fueron depositando en el lugar que les correspondía –por tamaño y forma exactas- los trozos de la Piedra Sagrada que habían heredado.
Muchos lugares quedaron vacíos. Dichos huecos pertenecían a los trozos de piedra que se habían perdido en el tiempo y que todas tenían la esperanza de volver a encontrar para poder reconstruir el poder de la piedra.
Una vez que las damas ocuparon su lugar en la mesa oval que se hallaba en la parte central de la enorme estancia,
Zafiro Pedra volvió a tomar la palabra.
-Comencemos con el ritual de asistencia –anunció con voz firme.
Las mujeres se removieron en sus asientos con cierto nerviosismo y esperaron ser nombradas por la Jefa del Clan.
-Signora Rosa Pietra
-A tus órdenes. –respondió Rosa con firmeza.
-Frau Turmalina Gestein.
-A tus órdenes.
-Madame Celestina Rocher.
-A tus órdenes.
-Signora Ágata y Signora Agua Marina Roccia.
-A tus órdenes.
-Frau Azabache Felsen.
-A tus órdenes.
-Madame Ópalo Pierre.
-A tus órdenes.
-Frau Diamante Stein.
-A tus órdenes.
De este modo fue mencionando al resto de las representantes de las diferentes familias que habían llegado hacía pocas horas.
Una de las normas del ritual era que solamente podían participar de las reuniones secretas las damas que ya habían cumplido con la primera norma del Clan.
Ninguna mujer que no hubiese concebido a su primera hija podía formar parte de tan selecto grupo. Por ese motivo la mayoría de las asistentes personales de cada jefa de familia no podían acceder a este estadio del ritual.
La voz de Zafiro volvió a sonar con renovada energía.
“Bienvenidas a Valdivia. Espero que el lugar sea de su agrado y puedan gozar de todas las comodidades que esta finca puede ofrecerles. He elegido personalmente este lugar porque nos brinda la seguridad y el confort necesarios para que podamos reflexionar y debatir con absoluta privacidad todos los hechos que nos compete resolver en este nuevo encuentro.
Espero que su estancia aquí se convierta en una experiencia enriquecedora no sólo para nosotras sino también para que el destino de nuestro amado Clan sea venturoso como lo fue desde el comienzo de su creación.
A continuación comenzaremos con la lectura de cada una de sus propuestas y observaciones. En un par de horas tomaremos un refrigerio en el salón comedor y luego seguiremos con los debates.
Esta noche se realizará una cena de bienvenida de la cual podrán participar todas nuestras asistentes. De modo que les sugiero que cuando llegue el momento del refrigerio se ocupen de avisarles a las damas jóvenes que podrán participar de la cena de gala.”
Mientras Zafiro anunciaba las actividades a realizar, un clima de evidente tensión se podía percibir en la sala. Las miradas de las damas se cruzaban entre sí y las alianzas comenzaban a tomar forma.
Ópalo Pierre y Rosa Pietra estaban sentadas una frente a la otra y no hacían más que mirar con un gesto de soberbia a Ágata y a Marina que estaban ubicadas junto a Alina Gestein. Sin duda entre estas mujeres se encontraban las verdaderas protagonistas del evento. Todas ellas tenían una destacada posición en el grupo y eran capaces de tener notable injerencia
en el pensamiento del resto de las damas.
Zafiro introdujo la mano dentro de una antigua vasija y extrajo un pequeño papel.
“Rosa Pietra” –anunció con voz glacial.
La dama italiana respiró con profundidad, se incorporó, tomó los papeles que descansaban sobre la mesa y dijo:
“La familia Pietra ha decidido regresar a las reuniones del Clan porque consideramos que durante estos últimos años nos hemos apartado del verdadero camino que nuestros ancestros nos han marcado.”
Un silencio espectral recorrió todo el salón. El momento de la verdad había llegado.


El automóvil de Ben estaba cubierto de tierra. El viaje había sido largo y bastante tormentoso. Una lluvia intensa y ventosa lo había acompañado durante el trayecto que cubría la provincia de Entre Ríos. Estaba a pocas horas de llegar a Cariló y sentía que el cansancio le estaba acalambrando las piernas. Por precaución, decidió detener la marcha y tomar un breve descanso en la cafetería de una estación de servicio que se encontraba a la vera de la ruta.
Mientras se servía un suculento desayuno intentó comunicarse con el celular de su hermano. Fue en vano. La señal era muy débil y no podía lograr la conexión. Determinado a hablar con Cid, abandonó su mesa y trató de encontrar mejor señal cerca de una de las ventanas del lugar. Por fin la voz de Cid respondió al llamado.
-Hola.
-¡Cid! No podía comunicarme.
-¡Hola Ben! ¿Pasa algo? ¿Está todo bien? –preguntó el muchacho preocupado.
-Quedate tranquilo. Sólo llamaba para avisarte que estoy llegando a la costa. En un par de horas estoy en Cariló.
Cid no pudo responder debido a la sorpresa que le produjo el comentario de su hermano.
-Cid ¿estás ahí?
-Estoy preguntándome a que se debe esta sorpresa… -murmuró el joven desconcertado.
-No te enojes hermanito… No voy a quedarme más de un par de días, no quiero interferir en tu romance…
-Muy gracioso. Aunque todavía no entiendo.
-Cuando llegue te lo voy a explicar mejor. No te enojes. ¿Estás parando en el hotel que mencionaste antes de ayer?
-Así es. Iba a desayunar, pero ahora con esta noticia prefiero esperarte.
-¡Hecho! En un par de horas estoy por allí. Nos vemos.
Antes de que Cid pudiera responder su hermano ya había cortado la comunicación. Se quedó un largo rato pensando.
¿Qué motivo real estaba movilizando a Ben para abandonar Apóstoles y venir hasta la costa?










4 comentarios:

MORGANA dijo...

Me tienes enganchada,ya lo sabes...
Besos bella escritora.

Bee Borjas dijo...

Gracias por leer, amiga linda!!!
Besazos sanadores! :D

MIMOSA dijo...

Has sabido crear un ambiente de tensión y misterio alrededor de la reunión que se mantiene entre las componentes del Clan, ahora, lentamente se irá abriendo y dejando salir todo cuanto llevaban rumiando.
Esta parte me gustó como quedó redactada.
Eso me pregunto yo.......¿para que va Ben hasta Cariló? Si es por lo de la carta bien se lo podía haber transmitido vía telefónica, así que.............creo que te guardas un as bajo la manga...

Aquí sigo, lenta pero segura!!!
Besitos miles!!

Bee Borjas dijo...

Gracias Mimi por el comment! Y si, ahora se van a empezar a sacar los ojos entre todas!
Ten paciencia con Ben... Sorpresa!
Besotazos, reina!